Diciembre de 1944, la operación Overlord ha iniciado lo que sería el principio del fin para el ejercito alemán y cruentos combates se desatan por el viejo continente. Bélgica no iba a ser menos, y en plena ofensiva de las Ardenas, los panzer alemanes siembran el caos en las filas aliadas, dejando a muchas unidades aisladas en medio de los bosques y capturando a miles de prisioneros.
Esa noche, un pequeño grupo de soldados norteamericanos perdieron contacto con sus tropas. Perdidos en medio de un bosque que no conocían, con heridas de diversa consideración, con la nieve hasta las rodillas y sin apenas visibilidad, vagaron durante horas buscando a su unidad, pero lo único que encontraron fue una pequeña y solitaria casa… era la víspera de la Navidad y pensaron que mejor arriesgarse y pedir ayuda que caer en manos de las tropas nazis, famosas por su escasa piedad con los prisioneros americanos.
Por suerte, la puerta se abrió y una amable mujer, ignorando las graves consecuencias que podría traer para ella y su familia acoger a soldados americanos, se ofreció a ayudarlos, curando sus heridas e invitándolos a compartir su cena de Navidad junto a su hijo, Fritz Vincken de 12 años. Sorprendidos por la amabilidad, los americanos aceptaron la invitación: curar sus heridas y pasar la noche de Navidad en casa de esta amable familia parecía un plan perfecto.
Pero no todo iba a ser tan fácil aquella noche y el futuro les deparaba una pequeña sorpresa: sentados a la mesa y a punto de cenar, un sonido seco sonó en la puerta de entrada, alguien estaba llamando. Sorprendida de nuevo, la mujer se levantó de la mesa y abrió la puerta, descubriendo que una patrulla alemana había seguido el rastro de los soldados aliados hasta su casa.
La tensión en el ambiente no impresionó a la buena mujer, que a la pregunta de si había alguien en casa respondió con contundencia "Americanos" e invito a la patrulla alemana a compartir entre todos su cena de Navidad, dejando de lado por una noche guerra y muerte.
Los soldados nazis, cumpliendo ordenes de su superior, dejaron las armas y para sorpresa de los soldados americanos, pidieron permiso para entrar y sentarse a la mesa.
Podéis imaginaros el final, poco a poco la desconfianza fue desapareciendo y la cena transcurrió con el ambiente familiar habitual por estas fechas, villancicos incluidos. A la mañana siguiente el milagro continuó, y los soldados alemanes guiaron a los americanos hasta sus lineas para ponerlos a salvo y se despidieron, olvidándose de la guerra y de que hasta hace poco eran enemigos que no hubieran dudado por un momento en dispararse y matarse.
Ralph Blank y Fritz Vincken |
Finalmente, en enero de 1996, Fritz conoció a Ralph Blank, uno de los soldados estadounidenses, que le confesó que su madre le había salvado la vida.
Fritz Vincken logró entrar en contacto con uno de los estadounidenses, pero nunca consiguió encontrar a ninguno de los soldados alemanes que obraron parte del milagro esa noche. Murió el 8 de diciembre de 2002, 16 días antes del aniversario de la noche en que, según él, "Dios vino a cenar".
En 2002 se filmó una película sobre el tema, "Silent Night" (titulada "Paz en la Guerra" en España) en donde se narran de forma novelada, estos acontecimientos.
A punto de entrar en el 2019 quizás no estemos en guerra (al menos no el tipo de guerra a la que estamos, por desgracia, habituados), pero si estamos en un mundo donde parece que es realmente difícil encontrar buena gente. Hoy en día la esperanza es algo complicado de encontrar, muchos han perdido sus ideales y estamos frente a un mundo oscuro donde la paz parece venderse a un precio inalcanzable. Pero la realidad es que, a poco que lo intentemos y excavemos un poco en nuestros sentimientos y en los de los demás, todos tenemos un buen fondo, y conseguir que "Dios venga a cenar" tan solo es cuestión de intentarlo y un acto de fe es capaz de conseguir lo imposible.
No voy a pediros gran cosa, tan solo que en lo que queda de año (son realmente pocos días), dejemos nuestras inseguridades de lado, abramos la puerta de nuestros corazones y entre todos y todas hagamos de este mundo un lugar donde el rencor o las guerras, sean del tipo que sean, tan solo existan como recuerdos de un pasado.
De todo corazón, yo, toda mi familia y el resto de miembros de NekoFan os deseamos
FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO 2019
クリスマス おめでとう (Kurisumasu omedetō)
Larga y Prospera Vida...=^.^= Niahahaクリスマス おめでとう (Kurisumasu omedetō)
Imágenes: Unsolved Mysteries Wiki, Sonar Entertainment
Publica un comentari a l'entrada
Recuerda que debes haber aceptado la política de privacidad de Google para comentar.
Para tu información, puedes consultar nuestra política de privacidad y aviso legal donde encontrarás toda la información al respecto.