Tras varios días en Tokio partíamos camino de Kyoto, no sin antes incluir en el paseo la visita al Parque Nacional de Hakone, desde donde observar el mítico Monte Fuji, un paseo por el lago Ashi y ascenso en teleférico al Monte Komagatake, para finalizar en la estación de Odawara cogiendo el tren bala hacía nuestro nuevo destino.
Así que, mochilas a cuesta y tras un agradable paseo en autocar, junto con un curso acelerado de Origami y las famosas grullas de papel, llegamos a la Quinta Estación del Monte Fuji.
Considerado sagrado desde la Antigüedad, el Monte Fuji es un volcán, símbolo de la isla y pico más alto del Imperio del Sol Naciente, famoso destino turístico y lugar ideal para practicar alpinismo del fácil, donde japoneses de todas las edades acuden a pasar el día, pernoctando en las alturas para apreciar la salida del sol.
Dividido el recorrido en diferentes "estaciones" el autocar solo puede subir hasta la quinta estación, el resto de camino, si se desea, debe hacerse andando. Solo hasta ella llegamos, pero puedo asegurar que el paisaje y el ambiente es auténticamente preciso y genial, jamas había visto tanta gente preparándose para subir a pie una montaña: Mochilas, comida, ejercicios de estiramiento,... simplemente espectacular.

Quinta Estación del Monte Fuji
Cantidad de gente
Santuario Sintoista en la Quinta Estación
Hay que pedir protección a los dioses...
Non comment...
El Monte Fuji en todo su esplendor
Seguimos camino y tomamos un crucero por el lago Ashi, camino del teleférico que nos subiría a la cumbre del Komagatake, considerado como una de las mejores atalayas desde donde ver el Monte Fuji. En realidad la diosa Fortuna no acompañó esta vez, y en la cumbre el espectáculo era los más parecido a una película de terror japonesa del estilo The Ring o similar. Me dio la impresión de estar en una auténtica historia de fantasmas, solo niebla, densa niebla que no permitía distinguir nada a un metro de distancia y, lógicamente, el Monte Fuji ni por asomo.

Ya en Hakone
Templo Sintoista en el lago
A recuperar fuerzas!!
Llega el barco
Para que no se olvide el nombre
Un "barco" en el lago...
Se presagiaba mal tiempo!!
En el teleférico
Casi que el Fuji va a ser que no...
Como se aparezca la niña del pelo negro!!
Menos mal, solo encontré a Totoro!!

Tras un largo día y unos cuantos kilómetros recorridos, acabamos el viaje en la estación de Odawara, tomando el tren Bala hacia Kyoto y alucinando de las infraestructuras ferroviarias japonesas, donde el AVE, el tren más moderno español es, más o menos, como un tren de cabras comparado con el Tren Bala japonés.

Camino a la estación
A la entrada de la estación
Llega el Tren Bala
! Que se me escapa !
Llegamos a Kyoto por la tarde-noche, nuevas y apasionantes emociones nos esperaban, aunque eso forma parte del capítulo 5: Kyoto.



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